La polución del aire, principalmente a causa de las plantas de energía por combustión de carbón, costaron a los contribuyentes de la Unión Europea hasta 235.000 millones de dólares en 2012, una cifra similar al PIB de Finlandia, dijo la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA).
El organismo suministra análisis para guiar a los funcionarios de la UE, quienes están reconsiderando las propuestas impulsadas el año pasado por la Comisión Europea para endurecer las leyes destinadas a mejorar la calidad del aire.
El informe analizó el impacto de la contaminación del aire desde los costos industriales o de salud, las pérdidas de días laborables, el daño a los edificios, la reducción en el rendimiento agrícola y otros valores y encontró que los cargos eran de entre 5978.470 y 253.000 millones de dólares en 2012.
La amplia brecha refleja las diferentes maneras de calcular los costos y se compara con estimaciones de entre 105.000 y 330.000 millones de dólares en 2008 al inicio del periodo analizado, en 2008-2012.
Los costos cayeron a medida que la legislación de medioambiente de la UE y la crisis económica frenaron las emisiones de dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y sulfurosos y otras partículas, pero los investigadores dijeron que sería un desafío mantener los avances en la reducción de las emisiones en tiempos de crecimiento económico.
De las 30 mayores instalaciones que identificó como las que causaban más daños, 26 eran plantas de energía, principalmente alimentadas por carbón en Alemania y el este de Europa.
A finales del año pasado, funcionarios de la UE dieron a conocer un proyecto de ley para frenar la contaminación del aire.
La nueva Comisión Europea, que asumió funciones a comienzos de noviembre, estudia cambiar o eliminar la nueva ley de calidad del aire, según un documento visto por Reuters. La Comisión dijo que aún no había tomado una decisión.
Algunos sectores industriales dicen que pasan apuros para ser competitivos y que la regulación de la UE pone en juego su presencia en Europa.
El sector del carbón dice que ofrece una fuente de combustible barata y segura, autóctona en muchos países europeos, y que el costo de cambiar a otras fuentes alternativas de energía es elevado.