"A dos horas en auto desde el pueblo más cercano, Salym, la nieve a los lados de la carretera está muy alta y el aeropuerto más cercano está a más de 300 kilómetros. La temperatura es de -26°C y la gente del lugar dice que en invierno normalmente llega a -40°C", de esta forma relata la periodista Olga Ivshina en un artículo publicado en la BBC las condiciones climáticas en las que la industria petrolera rusa tiene que trabajar en Siberia, condiciones que sumadas a las sanciones y la caída de precios "incrementa la presión" sobre el oro negro en Rusia.
Según Ivshina, las extracciones de petróleo en sitios más remotos, como es el caso de Siberia, se han visto seriamente perjudicadas por las sanciones económicas y consecuentemente por la falta de inversiones en equipos de alta tecnología, en su mayor parte importados. Por ello, se han suspendido algunos trabajos en la zona como el desarrollo de los campos Árticos de Exxon Mobil que había comenzado en colaboración con la rusa Rosneft o el emprendimiento conjunto entre Gazprom Neft y Shell para el petróleo esquisto en la zona de Jánty-Mansísk.
"Las sanciones no sólo cubren equipo de alta tecnología, sino también servicios asociados a la industria petrolera, como construcción, reparaciones, preparación de pozos y exploración de nuevos yacimientos" añade la periodista de la BBC.
Más de la mitad del presupuesto ruso se alimenta de los ingresos de gas y petróleo por lo que el país depende profundamente de las exportaciones y para ello, se necesita desarrollar nuevos yacimientos para mantener su actual ritmo de producción y "el Ártico puede representar el futuro de la industria", pero "hay que encarar ya el desarrollo de los pozos" afirma el experto en petróleo Vitaly Bushuev.
Antes de las sanciones impuestas por Europa y Estados Unidos a Rusia por su conflicto con Ucrania, "se predecía una caída del 11,5% en la producción del petróleo de Siberia Occidental para 2020" asegura Ivshina y por eso "Rusia necesita adoptar innovaciones como la nanotecnología para incrementar su producción y extracción y así poder reemplazar las tecnologías occidentales con versiones locales en un par de años", concluye el profesor del Instituto de Petróleo y Gas de la academia de ciencia rusa, Alexander Khavkin.