El presidente de Estados Unidos Barack Obama presentó un plan para otorgar licencias de perforación offshore en el Mar Atlántico y en aguas del Ártico.
El plan representa la segunda oportunidad en la que Obama recomienda liberar áreas del Atlántico para la exploración y perforación de petróleo.
El borrador del programa propone catorce ventas de licencias offshore: Diez en el Golfo de México, tres en la costa de Alaska y una en el territorio entre los estados al sur del Atlántico. Aún no se han contemplado las aguas del Pacífico para la venta, mientras que las de Alaska y el Atlántico están programadas para 2017 hasta 2022.
La Secretaria de Interior Sally Jewell destacó que el plan permitirá el desarrollo offshore “y a la vez proteger las áreas que simplemente son muy especiales como para desarrollarlas”.
Esta decisión ha generado tensión tanto para la industria del crudo y gas como para los ambientalistas. Por un lado, las compañías del sector aseguran que no es suficiente, ya que el programa excluye áreas prometedoras al Noreste y en la costa Este de la Florida.
Por otro lado, los ambientalistas aseguran que este plan pone a la costa en peligro de posibles derrames de crudo. “Presentar estas áreas para el desarrollo de crudo sucio es incompatible con el futuro saludable de las costas estadounidenses o el clima”, dijo Athan Manuel, de Sierra Club.
La administración del boom de crudo y gas en Estados Unidos ha sido un tema controvertido para Obama, ya que debe tener en cuenta los beneficios de la producción, la caída de precios internacionales del petróleo, y a la vez busca un balance para combatir el cambio climático y la polución generada por la industria.