Desde hace 60 años, el fracking es una técnica para la explotación de petróleo y gas en los EEUU, pero ha sido en los últimos 10 años donde se ha desarrollado un espectacular modelo de producción, gracias al aumento del precio del barril de crudo que dotó de financiamiento a los proyectos no convencionales.
En los últimos cinco años, las grandes petroleras salieron en busca de reservas de petróleo y gas de esquisto. China, Rusia, Alemania, Francia, Argelia, Argentina, Polonia y Rumania entre otros países, anunciaron descubrimientos y la promesa de un gran desarrollo de esas áreas, puestos de trabajo e ingresos millonarios.
The Wall Street Journal destaca que el escenario de precios bajos ha modificado notablemente el desarrollo del shale fuera de EEUU.
Chevron Corp., Exxon Mobil Corp. y Shell han cancelado la mayor parte de sus operaciones en Europa, Rusia y China. El caso ruso obedece a las sanciones impuestas por el conflicto en Ucrania, Francia decidió prohibir la fracturación hidráulica, Polonica evidenció menores resultados que los esperados, Alemania ha pospuesto la decisión de aprobar la explotación de shale, y el resto de los países, una cuestión de precio, ya que los precios del crudo no compensan los costos de producción en áreas que aún no maduraron como ocurre en EEUU.
Sólo China, Argentina y Canadá están produciendo shale de manera comercial, según el informe de la EIA. Los dos primeros cuentan con importantísimas reservas, muy similares a las de EEUU.
"El ritmo de desarrollo fuera de América del Norte es más lento en todo el mundo de lo que la gente pensaba que sería," aseguró Simon Henry, director financiero de Shell, en una entrevista reciente.
Un cambio de tendencia en los precios modificaría el escenario y estimularía nuevamente las inversiones.
Mientras tanto, los desarrollos de proyectos como Vaca Muerta en Argentina, prometen desarrollos similares a los que se llevan a cabo en EEUU.
Las pequeñas empresas, protagonistas
El boom del shale en EEUU no fue un "logro" de las grandes petroleras, sino de pequeñas empresas que arriesgaron inversiones. Los estados les dieron seguridad jurídica y eso generó el auge al que luego arribaron las grandes empresas.
En Reino Unido y Francia, a pesar de los debates ambientales en sus respectivos parlamentos, pequeñas empresas están explorando en busca de reservas de esquisto. Lo mismo ocurre en Polonia, donde tras el retiro de Chevron, el gigante ConoccoPhillips y grupos locales trabajan en busca de resultados que reviertan el actual pesimismo y, ante un cambio de ciclo en los precios, el mercado se vuelva atractivo.