La cumbre climática mundial de París logró un acuerdo trascendental, allanando el camino para una transformación en cuestión de décadas de la economía mundial, hoy impulsada por combustibles fósiles, en un intento por frenar el calentamiento global.
El acuerdo se produce cerca del final del año más cálido del que se tienen registros y después de cuatro años de tensas negociaciones en la ONU, que a menudo enfrentaron los intereses de los países ricos y pobres.
El canciller francés, Laurent Fabius, tardó sólo unos minutos para declarar que un pacto había sido adoptado en medio de calurosos aplausos de los delegados de casi 200 naciones.
"Con un pequeño martillo se pueden lograr grandes cosas", dijo Fabius mientras cerraba el acuerdo, sorprendiendo a muchos observadores que se preparaban para horas de discusiones tras dos semanas de duras negociaciones.
Aclamado como el primer acuerdo climático verdaderamente global, ya que compromete tanto a las naciones ricas como a las pobres a frenar el aumento de las emisiones causantes del calentamiento del planeta, el pacto establece un objetivo a largo plazo para eliminar la producción humana de gases de efecto invernadero durante este siglo.
El presidente estadounidense, Barack Obama, también elogió el acuerdo, que calificó como la mejor oportunidad de salvar el planeta de los efectos del cambio climático global.
"Hoy el pueblo estadounidense puede estar orgulloso porque este acuerdo histórico es un homenaje al liderazgo de Estados Unidos. En los últimos siete años, hemos transformado a Estados Unidos en líder mundial en la lucha contra el cambio climático", dijo Obama.
El acuerdo crea además un régimen para fomentar que las naciones redoblen sus esfuerzos voluntarios a fin de reducir las emisiones nacionales, y proporciona miles de millones de dólares más para ayudar a los países pobres a enfrentar la transición hacia una economía más verde.
Después de calificarlo como "ambicioso y equilibrado", Fabius dijo que el acuerdo marcaría un "punto de inflexión histórico" en los esfuerzos por evitar las potencialmente desastrosas consecuencias de un planeta con altas temperaturas.
El acuerdo incluye el ambicioso objetivo de contener el aumento de las temperaturas a "muy por debajo" de 2 los grados Celsius de los niveles preindustriales, una marca que según científicos podría ser un punto de inflexión para el clima. La meta fijada en 2010 era de 2 grados Celsius.
"Esta es una victoria para la humanidad", dijo la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Izabella Teixeira.
En cierta forma, el éxito de la cumbre estaba asegurado antes de su inicio, ya que 187 naciones habían presentado planes detallados sobre cómo frenarían el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, compromisos que son el núcleo del acuerdo de París.