Las grandes petroleras podrían reducir en cerca de 20 por ciento sus gastos durante el 2016 debido a una persistente caída de los precios del crudo, aunque numerosas compañías de Medio Oriente y Rusia aumentarán sus inversiones a fin de seguir compitiendo por la participación de mercado.
La industria petrolera enfrenta su peor crisis en tres décadas, ya que los precios operan cerca de mínimos en 13 años de 30 dólares por barril, un desplome de casi un 70 por ciento respecto a junio de 2014.
Las grandes productoras de crudo y gas planean reducir el gasto en exploración y extracción en cerca de un 15 por ciento si los precios se ubican en el rango de los 45 a 50 dólares por barril, pero los recortes podrían llegar a un 20 por ciento si los precios oscilan en torno a los 40 dólares, dijo Barclays en su sondeo anual de 225 empresas en todo el mundo.
En términos reales, el gasto de capital caería a 444.000 millones de dólares en 2016 desde 673.000 millones de dólares en 2014 y un estimado de 520.000 millones de dólares en 2015, según el sondeo.
Sin embargo, las empresas nacionales de petróleo (ENP) de Medio Oriente aumentarían sus gastos en un 6 por ciento en 2016, pese a que los presupuestos de los países ricos en crudo a menudo requieren de precios mucho más altos que los actuales.
Arabia Saudita, el principal exportador mundial de crudo que impuso la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no recortar la producción pese a la caída de los precios, tiene un punto medio fiscal de 100 dólares por barril, pero su petrolera nacional, Saudi Aramco, aumentaría el gasto este año en un 5 por ciento, dijo Barclays.
En forma similar, el gasto en Rusia y otros ex estados soviéticos se elevaría en un 3,6 por ciento en 2016, según Barclays. Para Rusia, la fuerte depreciación del rublo ayuda a petroleras que venden en dólares.
En América del Norte se registrarán los mayores recortes de gastos petroleros en 2016, de un 27 por ciento, afirmó Barclays, mientras que las empresas nacionales de petróleo de América Latina, África y Asia reducirían el gasto en entre un 13,5 y un 18 por ciento este año.