La Corporación Nacional Petrolera (NOC) de Libia anunció que está trabajando con el nuevo gobierno de unidad respaldado por Naciones Unidas para coordinar las ventas futuras de crudo y "dejar atrás un período de divisiones y rivalidades".
Libia, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), quedó sumida en una fuerte crisis política y en un conflicto armado luego de que una insurgencia derrocó a Muammar Gaddafi en el 2011, lo que llevó a la conformación de dos gobiernos rivales operando en Trípoli y el este del país.
La producción de crudo libia se redujo drásticamente desde entonces por rivalidades entre distintas facciones armadas, ataques de militantes de Estado Islámico y disputas laborales, cayendo a menos de un cuarto de los 1,6 millones de barriles por día producidos antes de la insurgencia.
El delegado en la OPEP dijo días atrás que Libia no prevé asistir a la reunión de productores petroleros que se celebrará el 17 de abril en Doha y en la que se discutirá la posibilidad de congelar el bombeo, ya que quiere aumentar su producción cuando la situación lo permita.
"Junto con el reciente anuncio por parte de la Guardia de Instalaciones Petroleras (PFG) que busca reabrir los puertos de exportación que han estado bloqueados, espero que la NOC y los recursos de crudo del país puedan brindar una plataforma sólida sobre la cual pueda construirse la recuperación del país", dijo el presidente de NOC, Mustafa Sanalla, en un comunicado.
El nuevo Gobierno recibió el apoyo de la PFG, una facción armada semi-oficial que controla instalaciones petroleras clave en el este del país, algunas de las cuales han cerrado en medio de las disputas políticas.
El portavoz de la PFG dijo el jueves pasado que la guardia estaba lista para reabrir las terminales de Zuetina, Es Sider y Ras Lanuf, en el este del país, aunque no podía precisar cuándo. Impulsar las ventas de petróleo de Libia con apoyo de la zona este del país será un desafío para el nuevo gobierno.
Los líderes del nuevo Gobierno de unidad -que surgió de un acuerdo mediado por Naciones Unidas en diciembre altamente resistido por las facciones más radicales dentro de Libia- viajaron a Trípoli el miércoles y han estado operando desde una base naval altamente custodiada en la capital, mientras buscan controlar ministerios e instituciones financieras oficiales.