Incendios forestales en Canadá. Sabotajes a oleoductos en Colombia. Inestabilidad en Venezuela. Pozos de esquisto abandonados en Estados Unidos. La caída de la producción petrolera está ocurriendo de forma tan rápida que parece como si América pudiera resolver por si sola la sobreoferta global.
La caída de 60 por ciento en el precio del crudo en los últimos 23 meses ha estado ligada persistentemente a un problema: el suministro global supera la demanda en 1,5 millones de barriles por día. Pero este sobreabastecimiento podría evaporarse pronto si se mira a través del prisma de las actuales interrupciones y declives en el Hemisferio Occidental.
"Las interrupciones imprevistas en la producción de crudo han sido un elemento clave en lo que llevamos de año, contribuyendo a un mercado petrolero más ajustado de lo que se habría esperado", dijo Guy Baber, analista de Simmons & Co., a sus clientes.
También advirtió que si los inconvenientes continúan, la Organziación de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que no ha actuado hasta el momento para reducir su bombeo, tendría menores excedentes para alimentar a un mercado ajustado.
Consideren esto: el incendio en Fort McMurray, en el corazón de la región productora de arenas bituminosas de Canadá, ha suspendido más de 640.000 barriles diarios de extracción, según estimaciones de Reuters, y un operador, Canadian Natural Resources Ltd, dijo que si se queda sin suministro eléctrico su bombeo caería cerca de un 80 por ciento.
La producción en Estados Unidos, que ya ha visto una caída de 800.000 barriles por día por un fuerte descenso en las nuevas perforaciones, podría perder otros 800.000 en los próximos cinco meses, según la Administración de Información de Energía.
La producción en Latinoamérica, que sufre las consecuencias de la falta de inversión, retrocedió un 4,6 por ciento en el primer trimestre del año hasta 9,13 millones de barriles diarios, una pérdida de 441.000 barriles por día frente al mismo periodo del año pasado, según datos oficiales de los países y de la OPEP.
La mayor baja fue en Venezuela, cuya extracción disminuyó 188.000 barriles por día en el primer trimestre mientras el Gobierno del presidente Nicolás Maduro lidia con una profunda crisis económica.
Sin embargo, con Iran e Irak aumentando suministros, el mercado pronostica que el sobreabastecimiento seguirá.