El desplome de los precios internacionales del petróleo ha disparado en los últimos dos años una importante desinversión y ola de recortes en las petroleras del mundo para poder mantenerse a flote.
Si bien los valores del crudo se están estabilizando lentamente, las compañías del sector continúan tomando este tipo de medidas. Tal es el caso de la anglo-holandesa Shell, cuyo presidente ejecutivo Ben Van Beurden indicó que analiza un plan global de desinversiones por 30.000 dólares, que incluiría la venta de activos en Argentina.
Según indicó la agencia Reuters, el ejecutivo aseguró durante una conferencia en Nueva York que la compañía analiza desprenderse de su negocio en el downstream argentino, es decir refinación, transporte y distribución de combustibles.
La medida alcanzaría la red de alrededor de 600 estaciones de servicio que opera la compañía en el país, y su refinería en Dock Sud.
Sin embargo, desde Shell Argentina adelantaron que el plan de desinversión no incluye los negocios upstream, de exploración y producción. Según detalló La Nación, la firma cuenta con más de 2.400 empleados en el país, con una facturación anual superior a los 62.000 millones de dólares.
El plan anunciado por Van Beurden forma parte de la estrategia de desinversión que la compañía anunció luego de adquirir BG Group por 54.000 millones de dólares. De esta manera, Shell se enfocará en aquellos negocios de mayor rentabilidad, como el gas natural licuado o la exploración y producción offshore de hidrocarburos.
Por su parte, Shell Argentina aclaró en un comunicado que “estamos llevando a cabo una revisión estratégica solamente de nuestro negocio de downstream y sus activos en el país. Estos incluyen la Refinería Buenos Aires, nuestra red de estaciones de servicio, Trading & Supply, Químicos y los negocios de Global Commercial”.
"Nuestros intereses en el negocio de Upstream y sus activos en la Argentina están fuera del alcance de la revisión estratégica", concluyó.