El éxito que EEUU ostenta en materia de shale y que para los expertos en el mercado, ese país será protagonista en la fomación de precios, es el resultado del riesgo asumido por inversores pequeños y medianos que llevaron adelante el proceso para fracturar la roca y obtener petróleo y gas.
EEUU cuenta con miles de productores de petróleo y a diferencia de los regímenes totalitarios donde los burócratas deciden la oferta de producción en el mercado, cada jugador del shale puede decidir qué hace con su producción.
¿Cuáles son los países productores de petróleo? Arabia Saudita, Venezuela, Irán, Irak… todas naciones donde no rigen las libertades plenas y la división de poderes. En parte, la creciente necesidad de petróleo en el mundo hizo que estos países consolidaran regímenes autoritarios ante la inmensa cantidad de dólares que llegaron a cambio de barriles de petróleo.
En estos países, el monopolio energético es del Estado. Así, Arabia Saudita cuenta con una casta gobernante que controla el grifo del petróleo mundial como productor número uno. Venezuela, en otros tiempos la tercera “potencia petrolera” evidenció con el autoritarismo chavista que la propiedad privada no es un derecho garantizado y que los funcionarios del régimen pueden adueñarse de millones de dólares. El petróleo lo produce PDVSA y lo procesa, entanto la militancia chavista cobra salarios que se financian con la renta petrolera.
En EEUU, el shale desarrolló una auténtica revolución. Revolución es modificar paradigmas, objetivos, formas de hacer las cosas y lograr resultados mejores que el estado previo. El shale oil permitió todo esto junto, y entre otras cosas, lograr que la producción de petróleo de EEUU esté próxima a alcanzar a Arabia Saudita.
Con 9 millones de barriles de petróleo producidos por día, el shale de EEUU presenta un escenario diametralmente opuesto al que caracterizó al mercado petrolero de los últimos 40 años: el libre mercado.
A diferencia de los modelos estatistas donde los gobiernos manejan a su antojo la oferta de crudo para intentar regular los precios (OPEP), en EEUU rige la libre competencia y los precios quedan a merced de la oferta y demanda. Mientras los árabes deciden cuánto vender y los productores deben acatar las órdenes y entregar o conservar sus barriles, en EEUU cada productor elige libremente, al punto que el shale fue inicialmente una apuesta de pequeños y medianos empresarios, hasta que llegaron las grandes petroleras.
La diversificación de actores que deciden libremente cómo comercializar el petróleo y gas de esquisto ha favorecido al desarrollo tecnológico que hoy permite producir shale a costos 40% más bajos que hace apenas 5 años.
El libre mercado es el que hoy permite que el galón de gasolina sea más barato en EEUU, los consumidores gasten menos y la economía tenga más estímulos para crecer.