Estados Unidos se encuentra cada vez más cerca de realizar un acuerdo histórico para intercambiar petróleo con México. Este convenio brindaría a los productores estadounidenses cierto alivio ante la abundancia local de crudo liviano, y beneficiaría a la petrolera mexicana Pemex, que espera combinar el shale oil de su socio en el NAFTA con su mezcla de petróleo pesado.
Sin embargo, este arreglo no se trata sólo de un acuerdo bilateral entre EEUU y México, sino que representa además el crecimiento de la integración energética de Norteamérica. Expertos ven este acuerdo como un nuevo quiebre en la veda a la exportación de crudo estadounidense.
De aprobarse el canje, le permitiría a EEUU exportar 100.000 barriles de petróleo por día a su país vecino. En cuanto a las importaciones de crudo mexicano, no se verán alteradas. En febrero de este año, Estados Unidos importó 784.000 barriles de crudo y productos petroleros por día desde México.
Desde el congreso estadounidense, 21 senadores liderados por la senadora de Alaska, la republicana Lisa Murkowski, y la de Dakota del Norte, la demócrata Heidi Heitkamp, enviaron una carta al Departamento de Comercio recomendando que la resolución exceda los canjes para permitir las exportaciones.
Los senadores aseguraron en su propuesta que levantar la veda permitiría “armonizar el comercio energético de América del Norte”, y este es un punto en el que la gestión actual concuerda.
El acuerdo es histórico por varias razones. No es menor el hecho de que se han realizado pocas excepciones desde que se aplicó la veda a la exportación de crudo en la década del ’70. Según las Regulaciones de la Administración de Exportaciones del Departamento de Comercio, las excepciones incluyen exportaciones desde la Ensenada de Cook en Alaska, y a Canadá “para consumo o uso interno”.
Canadá ha sido sumamente beneficiado por estos intercambios. Alaska exportó por primera vez en 10 años barriles de crudo a Corea del Sur en septiembre del año pasado.
El canje de crudo con México no sólo tiene un sentido económico, también político, ya que la región norteamericana se integrará. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) celebró su 20º aniversario el año pasado, pero aún queda mucho que hacer para acercar a Estados Unidos, México y Canadá.
El informe cuadrienal de energía de la Casa Blanca publicado el 21 de abril recomienda una mayor integración de los mercados energéticos de América del Norte. El libre comercio de crudo entre las tres naciones podría ser un paso muy positivo.
Por último, el intercambio representa un pequeño paso hacia el levantamiento de la veda a las exportaciones de petróleo. Esta prohibición, aplicada como respuesta al embargo de crudo árabe en los ’70, es considerada por los expertos en energía como un anacronismo. Quitarla traería beneficios económicos para los productores estadounidenses de shale que deben lidiar con el exceso de shale oil liviano que no puede ser fácilmente refinado en las Costas del Golfo, pero que podría ser vendido al exterior.
Un informe de la IHS Cera estima que levantar la veda podría generar entre 400.000 y 800.000 empleos. Mientras que el reporte de NERA Consulting para la Institución Brookings, proyecta que además del incremento del empleo, esta medida llevaría a un aumento en los sueldos y a una baja de precios de los combustibles para consumidores americanos. Todo esto es bueno para la recuperación y desarrollo de la economía de Estados Unidos.
Por otro lado, el año pasado surgió otro quiebre además del producido por el canje de crudo con México. En noviembre del 2014, BHP Billiton se convirtió en la primera compañía en transportar condensados procesados sin la expresa autorización del Departamento de Comercio. Esto se vio en su momento como un progreso real en la liberación de las restricciones.
Desde entonces, este tema se ha ganado un lugar en la política y el lobby, pero con un progreso paulatino. El hecho de que el secretario de Energía de EEUU, Ernest Moniz, apoye la revisión de la veda mantiene las esperanzas.
Con respecto al canje, el Gobierno mexicano aguarda con ansias su aprobación. Representa un avance pequeño, pero positivo hacia el objetivo de lograr una mayor integración energética en América del Norte. Aún se desconoce si este acuerdo será un factor para el levantamiento de la veda a la exportación de crudo de Estados Unidos. Mientras tanto, los beneficios inmediatos para el país y la región serán reconocidos.
(Artículo cedido por OilPrice.com. Traducido por ArgentinaShale)