El grupo petrolero español Repsol publicó su primer balance trimestral del año, que arrojó un beneficio neto en baja de 11,5 por ciento, a 610 millones de euros, por debajo de lo registrado en 2017 pese a una producción y precios en alza.
En el primer trimestre de 2017, "la subida de los precios de los productos petrolíferos tuvo un efecto excepcional en el valor contable de los inventarios", explicó la sociedad en un comunicado para explicar el retroceso del beneficio neto.
Para 2018, el beneficio neto ajustado "que mide específicamente la marcha de los negocios de Repsol sin tener en cuenta el efecto inventario", creció un 8 por ciento con respecto al primer trimestre de 2017, a 616 millones de euros.
El negocio del upstream vio aumentar su resultado en un 43 por ciento, a 320 millones de euros, gracias a medidas de un plan de restructuración, "los mayores volúmenes de producción y la subida de los precios de realización del crudo y del gas", indicó la compañía.
En 2018, Repsol aumentó en 4,8 por ciento su producción de hidrocarburos, a 727.000 barriles equivalentes de petróleo diario, gracias al alza de la actividad en Libia y el comienzo de la explotación de yacimientos en Trinidad et Tobago, Reino Unido, Argelia y Malasia.
El grupo adquirió en febrero el 7,7 por ciento del campo Visund en Noruega, aumentando su producción en ese país en 50 por ciento, hasta los 30.000 barriles equivalentes de petróleo al día.
Los beneficios de la actividad de refinación y química por el contrario cayeron un 15 por ciento, a 425 millones de euros, producto de una bajada de los márgenes y paradas de mantenimiento en tres complejos industriales.
Repsol agregó que en marzo abrió sus primeras estaciones de servicio en México, donde espera alcanzar un cuota de mercado del 8 al 10 por ciento dentro de los próximos cinco años.
