El beneficio fiscal, que se extiende a las socias de PDVSA, será solo por el 2018, señaló el decreto publicado y el presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, explicó que busca atraer capitales. "Lo del impuesto sobre la renta ayuda a las inversiones", dijo también el ministro de Petróleo sin ofrecer mayores detalles.
La estadounidense Chevron, la francesa Total, Equinor y la rusa Rosneft operan como socias minoritarias en los mejoradores de la Faja del Orinoco, en los que PDVSA controla la mayoría accionaría. La producción petrolera está en su nivel más bajo en los últimos 33 años. Según analistas y autoridades, la caída se da por las deudas, el deterioro de la infraestructura, la falta de personal capacitado y el menor flujo de caja de PDVSA, que aporta más de 95 por ciento de los ingresos en divisas. A esto se suman las sanciones impuestas por Estados Unidos que limitan el acceso al crédito.
Maduro este año le dio amplios poderes a Quevedo para que tomara medidas como los incentivos fiscales para elevar la producción en un millón de barriles por día. El bombeo sigue en 1,5 millones barriles diarios, dijo el funcionario.
Además de la revisión del impuesto sobre la renta, Maduro exoneró los tributos a las importaciones de bienes de capital. Estas medidas impactan las finanzas del Gobierno porque son menos ingresos para atender el gasto social y burocrático. "El Gobierno en lugar de aumentar las ingresos y recortar sus gastos, termina tomando medidas que reducen sus ingresos", dijo Alejandro Grisanti, director de la firma Ecoanalítica.
Al haber menos fuentes de financiamiento para el gasto público, analistas temen que aumente la emisión de bolívares por parte del Banco Central, lo que alimentaría aún más una hiperinflación que el FMI proyecta en 1 millón por ciento para el cierre de este año.
"Esto es muy grave", dijo el diputado Ángel Alvarado quien agregó que PDVSA terminará recibiendo más bolívares del BCV.