Catar anunció que abandonará la OPEP a partir de enero para centrarse en sus ambiciones gasíferas, en un golpe para Arabia Saudita, líder de facto del cartel, que limita los esfuerzos por mostrar unidad para hacer frente a una caída en los precios.
Doha, uno de los productores de petróleo más pequeños de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) pero el mayor exportador mundial de gas natural licuado (GNL), está envuelto en una prolongada disputa diplomática con Arabia Saudita y otros estados árabes.
Catar aseguró que su decisión no estaba impulsada por temas políticos, pero en un aparente golpe a Riad, el Ministro de Estado de Asuntos Energéticos, Saad al-Kaabi, dijo: "No estamos diciendo que vamos a salir del negocio del petróleo, pero éste está controlado por un organización gestionada por un país".
Al-Kaabi también explicó que Doha se enfocará en su potencial gasífero porque no era práctico para Catar "poner esfuerzos, recursos y tiempo en una organización en la que somos un actor muy pequeño y en la que no tenemos nada que decir sobre lo que sucede".