La producción de petróleo en Rusia disminuyó el año pasado por primera vez desde 2008 y alcanzó su nivel más bajo desde 2011 tras el acuerdo global para reducir la producción y amortiguar así la lenta demanda causada por el coronavirus, según los datos del Ministerio de Energía ruso.
La producción rusa de petróleo y condensado de gas disminuyó a 10,27 millones de barriles por día el año pasado, indicó el Ministerio, según la agencia de noticias Interfax.
En toneladas, la producción de condensado de petróleo y gas cayó a 512,68 millones en 2020 desde el récord post-soviético de 560,2 millones, o 11,25 millones de barriles diarios, en 2019.
La fuerte disminución estuvo casi en línea con las expectativas.
La lectura de 512,68 millones de toneladas para 2020 fue la más baja desde los 511,43 millones de toneladas de 2011, y el primer descenso anualizado desde 2008 en medio de la crisis financiera mundial y la caída de los precios del petróleo.
Rusia acordó reducir su producción de petróleo en abril del año pasado en más de 2 millones de barriles por día, un recorte voluntario sin precedentes, junto con otros importantes productores de petróleo y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La medida se aplicó para reforzar el mercado tras el impacto de la pandemia COVID-19.
Desde el acuerdo de abril -que supuso un récord en cuanto a reducciones de la oferta mundial-, el grupo conocido como OPEP+ ha reducido progresivamente los recortes y se espera que libere 500.000 barriles diarios adicionales en el mercado en enero.
La OPEP+ celebrará su próxima cumbre el lunes 4 de enero. Se espera que Rusia aumente su producción de petróleo en 125.000 barriles diarios a partir del año nuevo.
El viceprimer Ministro ruso, Alexander Novak, a cargo de los lazos de Moscú con la OPEP+, ha dicho que Rusia apoyará un aumento gradual de la producción del grupo en otros 500.000 barriles por día a partir de febrero.