Estados Unidos está estudiando la posibilidad de reprimir las ventas de petróleo iraní a China ante la opción de que Teherán no regrese a las conversaciones nucleares o adopte una línea más dura cuando lo haga, dijo un funcionario estadounidense.
Washington dijo a Pekín a principios de este año que su principal objetivo era reactivar el cumplimiento del acuerdo nuclear con Irán de 2015 y que, suponiendo que haya un retorno oportuno, no había necesidad de castigar a las empresas chinas que violaran las sanciones estadounidenses comprando crudo iraní, dijo.
La postura ha ido evolucionando dada la incertidumbre sobre cuándo puede reanudar Irán las conversaciones indirectas en Viena y si el presidente electo de Irán, Ebrahim Raisi, está dispuesto a retomar las conversaciones donde terminaron el 20 de junio o exige un nuevo comienzo.
El funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que Irán -que ha dicho que no reanudará las conversaciones hasta que Raisi asuma el cargo- ha sido "muy turbio" sobre sus intenciones.
"Si estamos de vuelta en el JCPOA, entonces no hay razón para sancionar a las empresas que están importando petróleo iraní", dijo el funcionario estadounidense a Reuters, refiriéndose al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015 bajo el cual Irán frenó su programa nuclear.
"Si estamos en un mundo en el que la perspectiva de un retorno inminente al JCPOA parece desvanecerse, entonces esa postura tendrá que ajustarse", agregó.
El Wall Street Journal informó por primera vez que Washington estaba considerando endurecer la aplicación de sus sanciones a Irán, especialmente contra China, que recibió un promedio diario de 557.000 barriles de crudo iraní entre noviembre y marzo, según Refinitiv Oil Research.
Los refinadores chinos son los mayores importadores de petróleo iraní. Reuters informó que la empresa china de logística China Concord Petroleum Co ha surgido como un actor central en el suministro de petróleo sancionado de Irán y Venezuela.