La producción de petróleo de Rusia ha superado las expectativas tras la guerra en Ucrania, pero a Moscú le resultará cada vez más difícil mantener el bombeo a medida que las sanciones occidentales comiencen a hacer efecto, dijo el jefe de la Agencia Internacional de Energía (IEA).
"En ausencia de empresas (occidentales), en ausencia de proveedores de tecnología, en ausencia de empresas de servicios, será mucho más difícil para Rusia mantener la producción", dijo a Reuters el jefe de la AIE, Fatih Birol.
La demanda interna rusa ha sido sólida hasta ahora y el país también sigue ofreciendo grandes descuentos a los compradores no europeos, dijo Birol al margen de una conferencia en Stavanger, en el sur de Noruega.
Mientras, los países miembros de la Agencia Internacional de la Energía podrían liberar más petróleo de las reservas estratégicas de petróleo cuando expire el plan actual en noviembre si lo consideran necesario, agregó.
"Todavía tenemos una cantidad sustancial de inventarios a nuestra disposición", dijo Birol.
"Si nuestros países miembros creen que, como resultado de la interrupción del suministro, es necesario liberar reservas, estoy seguro de que lo considerarán y no está fuera de la mesa", añadió.
Birol dijo antes que es probable que Rusia aumente la quema de gas en los próximos meses a medida que se llenan los almacenamientos del país.
La confianza en Rusia como proveedor de energía se ha erosionado en todo el mundo tras la invasión a Ucrania y sus recortes a las exportaciones de gas, y que la pérdida de Europa como socio perjudicaría a Moscú, agregó.
"Rusia no está ganando la batalla energética", afirmó Birol durante una sesión de preguntas y respuestas en la conferencia.
La próxima temporada de invierno boreal será una prueba para la solidaridad de Europa, y si el continente no supera la prueba, el impacto puede sentirse "más allá de esta crisis energética", según Birol.