Las nuevas medidas de los países del Grupo de los Siete para limitar las ventas de petróleo de Rusia a un precio forzosamente bajo no se repetirán contra los productores de la OPEP, cuyos planes de recorte de la producción han irritado a los países consumidores, dijo a Reuters un funcionario del Tesoro de Estados Unidos.
Washington se ha comunicado con los representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para asegurarles los límites de sus planes, añadió el funcionario.
Los comentarios podrían ayudar a aliviar la disputa entre Estados Unidos y Arabia Saudita, el principal exportador de petróleo y líder de facto de la OPEP, por lo que Washington considera una colaboración con Rusia para privar a los mercados de suministro justo cuando se avecina una recesión mundial.
La OPEP+, que agrupa al bloque de productores con aliados como Rusia, anunció la semana pasada que reduciría la producción en 2 millones de barriles diarios para equilibrar los mercados y aplacar la volatilidad.
Arabia Saudita dijo que la reducción real sería de 1 millón de barriles por día (bpd), ya que varios miembros de la OPEP han tenido problemas para cumplir sus objetivos de producción actuales.
Estados Unidos dijo la semana pasada que el recorte aumentaría los ingresos de Rusia y sugirió que había sido diseñado por razones políticas por Riad, que el domingo negó que estuviera apoyando a Moscú en su invasión de Ucrania.
El tope de precios previsto para el 5 de diciembre fue diseñado específicamente para hacer frente a la invasión de Rusia en Ucrania y no se trasladará a otros productores, añadió el funcionario, ya que sus medidas para frenar la producción hacen subir los precios.
Las nuevas sanciones tampoco señalan el inicio de un cártel de compradores para contrarrestar el impacto de las políticas de la OPEP en el mercado del petróleo, dijo el funcionario, que declinó ser identificado debido a lo delicado de la situación.
La Agencia Internacional de la Energía, con sede en París, que agrupa a los países consumidores, incluido Estados Unidos, dijo la semana pasada que el recorte de la OPEP+ ha hecho subir los precios y podría empujar la economía mundial a la recesión.
Sin embargo, el funcionario del Tesoro consideró que el impacto del recorte en los precios fue muy leve, y dijo que se necesitaría una subida de precios de entre 30 y 40 dólares o un recorte de la producción 10 veces superior al recorte real de la producción de la OPEP+, de unos 900.000 bpd, para desencadenar una recesión.
El G7 desea privar a Moscú de los ingresos de la guerra, pero quiere evitar un choque de la oferta mundial, que podría elevar los precios y golpear a sus propios ciudadanos a medida que aumenta el temor a la recesión mundial.