En un comunicado publicado este la IEA explica que en la cumbre, a la que acudirán "líderes" y responsables de todo el mundo, se abordarán factores geopolíticos, tecnológicos y económicos que afectan a la seguridad energética a escala nacional e internacional.
Para eso, se examinarán cuestiones como los cambios en la demanda, el suministro y el comercio de energía; la adopción de soluciones energéticas limpias y eficientes; la disponibilidad de metales y minerales necesarios para fabricar tecnologías energéticas menos contaminantes (como las turbinas eólicas o los paneles solares) o las inversiones para sustituir los combustibles fósiles.
La agencia hace notar que no sólo persisten los tradicionales riesgos en torno a la disponibilidad de petróleo y gas, sino que están surgiendo otros que podrían obstaculizar la transición energética o la resistencia de los sistemas energéticos.
Su director ejecutivo, Fatih Birol, señala que la crisis energética mundial que se gestó sobre todo al calor del conflicto por la invasión rusa de Ucrania "ha sido un recordatorio aleccionador para los países de todo el mundo sobre la importancia de la seguridad energética y sus implicaciones para nuestras economías".
A ese respecto, Birol ha insistido en que de la misma manera que lo viene haciendo desde su creación hace medio siglo la IEA "seguirá haciendo todo lo posible para garantizar el acceso ininterrumpido a la energía a precios asequibles, cumpliendo al mismo tiempo los compromisos climáticos mundiales".
El responsable de Energía del Reino Unido, Ed Miliband, subrayó que su país está decidido a asumir "el liderazgo mundial de energías limpias" y mostró su voluntad de colaborar con la IEA al acoger "esta cumbre crucial sobre el futuro de la seguridad energética el año que viene".