La gigante petrolera BP anunció un aumento de dividendos y el final de su programa de recompra de acciones por 1.500 millones de dólares, una señal de confianza en su sólido negocio de gas y petróleo en momentos en que su presidente ejecutivo Bob Dudley deja el cargo.
Mientras Bernard Looney asume las riendas, BP adoptó un tono optimista incluso aunque los precios del petróleo se han derrumbado a mínimos de un año por la epidemia de coronavirus de China, contrario a una tendencia que ha llevado a sus pares a reportar una fuente ralentización de ingresos la semana pasada.
La recompensa para los accionistas se produce después de que la petrolera con sede en Londres reportó una caída de 26 por ciento en sus ganancias trimestrales, que superó con creces los pronósticos del mercado, y cargos por 2.700 millones de dólares.
El flujo de caja aumentó más de 10 por ciento en 2019 a 25.800 millones de dólares, pese a los menores precios de las materias primas, como resultado del alza en la producción, en particular de petróleo ‘shale’ de Estados Unidos tras la adquisición de los activos de BHP.
Dudley, de 64 años, dejará la presidencia ejecutiva de BP tras una década. Llegó al puesto abruptamente tras el despido de Tony Hayward en octubre de 2010, en medio del escándalo desatado por el derrame de petróleo en el Golfo de México tras la explosión de una plataforma de Deepwater Horizon.
Looney, quien asumió como CEO el miércoles, tiene planes de expandir las metas de BP en torno a la reducción de contaminantes y está considerando una reestructuración de la compañía, que tiene 111 años.
BP reportó 2.570 millones de dólares en ganancias de costos de reemplazo estructurales en el cuarto trimestre, su definición de ingreso neto, excediendo el pronóstico de los analistas de una utilidad de 2.100 millones en una encuesta proporcionada por la compañía.
La cifra fue inferior a los 3.500 millones de dólares del mismo periodo del año anterior, pero representa un incremento frente a los 2.300 millones de dólares del tercer trimestre.
Los resultados fueron impulsados por una tasa impositiva más baja y un desempeño mejor a lo esperado de la unidad de producción de petróleo y gas, que vio un aumento de 3.8 por ciento el año pasado a 2,64 millones de barriles de crudo equivalente por año, excluyendo su participación en Rosneft.