El gobierno brasileño licitó tres bloques petroleros por el equivalente de unos 800 millones de dólares y reafirmó su compromiso con la apertura del sector, después de la huelga de camioneros que obligó a Petrobras a flexibilizar su política de precios.
El gobierno adjudicó tres de los cuatro bloques ofertados en aguas profundas (presal) de la cuenca de Santos (sudeste) por 3.150 millones de reales, en una puja en la que participaron las mayores compañías internacionales.
El bloque de Uirapuru, el más importante, fue adjudicado por 2.650 millones de reales a un consorcio formado por el grupo estadounidense Exxon Mobil (28 por ciento), el noruego Statoil Brasil (28 por ciento) y el portugués Petrogal (14 por ciento). Petrobras, que ejerció su derecho de preferencia, tendrá el 30 por ciento restante.
Las subastas petroleras en Brasil se deciden por los porcentajes de producción que las empresas ofrecen al Estado brasileño. La del consorcio que obtuvo Uiapuru fue de 75,49 por ciento de su producción futura, casi el triple del mínimo exigido por el gobierno para ese proyecto.
Petrobras también forma parte de los consorcios que se formaron con los otros dos bloques atribuidos.
En el Bloco Dois Irmaos, la estatal (con 45 por ciento) estará asociada a la británica BP Energy (30 por ciento) y a Statoil Brasil (25 por ciento). La porción de producción prometida al Estado será de 16,43 por ciento.
En el Bloco Tres Marias, la atribución fue para el consorcio formado por la compañía anglo-holandesa Shell (40 por ciento) y la estadounidense Chevron (30 por ciento), en el que Petrobras también ejerció su derecho de preferencia (de 30 por ciento). La parte revertida al Estado será de 49,95 por ciento de la producción.
El bloque Itaimbezinho quedó sin comprador.