A pesar de los recortes de gastos y exploración que han tenido que aplicar para afrontar la crisis generada por la caída de precios del crudo, las principales compañías del sector petrolero se están preparando para desembarcar en Irán y desarrollar sus campos nuevos.
Actualmente, la república islámica es uno de los lugares más baratos del mundo para desarrollar nuevos campos de crudo y bombear en los pozos existentes. La caída de los precios internacionales del crudo ha tornado a Irán en un objetivo atractivo para los inversores de la industria, que esperan el levantamiento oficial de las sanciones contra Teherán, indicó la Agencia Internacional de Energía.
Según explicó el analista de Manaar Energy Consulting, Robin Mills, los precios en Irán son bajos porque “tiene campos gigantes que genera economías de escala, el terreno es en gran parte sencillo y sus reservorios altamente prolíficos”. Agregó además que si los precios se mantienen bajos, los costos de producción caerían aún más en Irán e Irak.
El diario Fuelfix señaló que un barril barato es un atractivo significativo para las compañías que se encuentran reduciendo mano de obra y posponiendo proyectos onerosos por el desplome de los precios.
Mientras que el costo de desarrollo de un campo en Canadá o Estados Unidos ronda los 59 y 114 dólares el barril, en Irán no excede los 31 dólares, resaltó la IEA en su último informe.
La petrolera anglo-holandesa Royal Dutch Shell decidió abandonar su campaña de exploración en el Ártico debido a los altos costos, mientras que la francesa Total ha reducido sus objetivos de producción ante una nueva ronda de recortes de inversión. Ambas firmas han enviado una delegación a Teherán en los últimos meses para negociar con la National Iranian Oil Company.