La compañía alemana de suministro eléctrico E.ON ha acordado vender todos sus negocios de España y Portugal a la firma de inversiones australiana Macquarie European Infrastructure Fund IV y al juwaití KIA por un valor de 3.100 millones de dólares y anunció la escisión de su negocio tradicional de energía para su posterior salida a la bolsa.
Las actividades que serán vendidas, en el primer trimestre de 2015, incluyen todos los negocios de E.ON en España y Portugal que comprenden los 650.000 clientes de electricidad y gas, los 32.000 kilómetros de red de distribución eléctrica y los 1.200 empleados aproximadamente.
Además, la compañía alemana calcula nuevas depreciaciones de 5.600 millones de dólares en actividades en el sur de Europa y en algunas centrales tradicionales, que generarán los números rojos en 2014.
El presidente del Consejo Supervisor de E.ON, Werner Wenning, ha comentado la decisión: "Estamos convencidos de que es necesario responder a los drásticos cambios que están experimentando los mercados energéticos mundiales, a la innovación técnica y a las expectativas más diversas de los clientes con un nuevo y audaz comienzo. El amplio modelo actual de E.ON ya no puede abordar debidamente estos nuevos retos”.
Macquarie mantendrá y desarrollará las actividades de generación de energía convencional y renovable en España y Portugal y se convertirá en el próximo socio de los clientes de distribución y venta en ambos territorios.
Por su parte, Kuwait Investment Authority (KIA), que podría llegar a tener hasta un 40% de la nueva sociedad, esta compra supone la vuelta al mercado español, donde operó durante los años 80 a través de su filial KIO. En esta ocasión, la inversión se realiza a través de Wren House Infrastructure.
EL FUTURO DE E.ON
Tras la segregación del negocio industrial, el grupo E.ON se centrará en la energía renovable, la gestión de las redes eléctricas y de gas natural y la comercialización de energía.
En una primera fase, E.ON traspasará la mayoría del capital de la nueva compañía a sus accionistas, evitando vender acciones nuevas en el mercado con una oferta pública. Así, los inversores de E.ON tendrán acciones en la nueva compañía además de en la matriz.
E.ON, con una deuda neta de 38.000 millones de dólares, dijo que vendería su participación minoritaria en la nueva compañía a medio plazo para reforzar su balance.
E.ON aumentará sus inversiones el año próximo en unos 624 millones de dólares en comparación con la cifra de inversión anteriormente prevista de 5.300 millones de dólares.
En los últimos seis años, E.ON se ha dejado en bolsa casi tres cuartas partes de su valor, capitalizando ahora 36.000 millones de dólares frente al máximo histórico de más de 125.000 millones dólares en 2008, año en el que tras una fuerte puja en la que también participó la italiana Enel, E.ON logró hacerse con parte de las actividades de Endesa en España y con Viesgo por unos 14.300 millones de dólares.