La ex presidenta ejecutiva de Petrobras, Maria das Graças Foster, admitió sentirse avergonzada por un escándalo de corrupción descubierto en la petrolera estatal, pero se defendió y negó tener conocimiento de los supuestos sobornos.
Foster renunció a su puesto el pasado 4 de febrero y se presentó ante una comisión parlamentaria, defendió a la empresa estatal y consideró que la compañía no puede ser responsable de las acciones de un pequeño grupo de individuos, que conspiraron criminalmente para trastocar los controles internos.
Ante un grupo de legisladores que investigan uno de los más grandes escándalos de corrupción de la historia de Brasil y que salpica a la presidenta Dilma Rousseff, la ejecutiva que trabajó en la compañía durante 20 años, confesó: "Efectivamente estoy muy avergonzada de mirarlos, pero estoy siendo muy sincera; desearía que todo esto fuera una mentira y que nunca hubiera existido ningún soborno".
En su defensa, Foster sostuvo que los mecanismos de corrupción que afectaron a Petrobras, se realizaron por fuera de la compañía y que durante su gestión al frente del grupo estatal, los controles internos funcionaron adecuadamente, publica Reuters.
La operación "Lava Jato" que la Policía de Brasil destapó, dejó en evidencia un entramado de corrupción por cientos de millones de dólares. La ex presidenta ejecutiva de Petrobras aseguró que el descubrimiento fue de la Policía y que internamente no tenían sospechas de estas operaciones que se realizaban, ya que la compañía tenía sus sistemas de auditorías internas y externas que no se percataron de los hechos de corrupción.