Los gigantes petroleros estadounidenses ExxonMobil y Chevron terminaron el año 2018 con una nota positiva, registrando sus mejores ganancias en cuatro años, a pesar de la volatilidad del petróleo.
ExxonMobil ganó 20.840 millones de dólares, un 5,79 por ciento, mientras que Chevron reportó una utilidad neta de 14.800 millones de dólares, un 61,2 por ciento.
Wall Street saludó los resultados con aumentos de más de 3 por ciento en las acciones de las dos petroleras.
Ambas no habían experimentado un nivel de rentabilidad tan alto desde 2014, el último año en el que el crudo Brent había excedido el umbral simbólico de 100 dólares.
Luego hubo un agujero en el aire, con una pérdida anual de 497 millones de dólares para Chevron en 2016.
Las dos grandes empresas parecen haber encontrado un nuevo modelo económico para seguir siendo rentables y seguir pagando grandes dividendos a sus accionistas, independientemente de la evolución de los precios del petróleo.
Esta receta se basa en el control de costos y las economías de escala: reestructuraron sus actividades, cedieron activos, particularmente en operaciones maduras de petróleo y gas, y realizaron adquisiciones, principalmente en la refinería.
"Los precios del petróleo eran impredecibles en 2018, pero logramos cumplir con las expectativas, lo que demuestra la solidez de nuestro modelo de negocio", dijo Darren Woods, quien reemplazó a Rex Tillerson en ExxonMobil en febrero de 2017.