Se ha desencadenado una importante negociación entre el flamante Gobierno de Mauricio Macri y las principales petroleras del país por el aumento de los precios de los combustibles y el valor del “barril criollo”.
En los últimos días se han reunido miembros del Gabinete de Juan José Aranguren, ministro de Energía, con las principales autoridades de las compañías del sector para delinear un plan de acción.
Sin embargo, desde la cartera de Energía pretenden que los precios de la nafta y gasoil aumenten recién en el mes de marzo, mientras que las petroleras reclaman una remarcación de las pizarras inmediata.
A comienzos de esta semana, se reunieron los funcionarios del Ministerio con las autoridades de Pan American Energy (la petrolera de los hermanos Bulgheroni, Cnooc y BP); Axion (también formada por los Bulgheroni y la china Cnooc); Shell, representada por Teófilo Lacroze, quien reemplazó a Aranguren como CEO de la petrolera; y la petrolera estatal YPF.
La devaluación ha afectado al sector, ya que las refinerías pagan el petróleo en pesos, pero con valores atados al tipo de cambio, lo que implica la necesidad de más dinero para producir la misma cantidad de siempre.
Según informó La Nación, desde el Ministerio esperan que la cadena de petróleo se reparta los costos de la devaluación en partes iguales, ya que el valor del “barril criollo” se encuentra por encima de los precios internacionales, y que el margen de refinación se encuentra en récords históricos.
Con respecto al “barril criollo”, el Gobierno analiza llevar al barril Medanito a unos 67,30 dólares, es decir, un 12 por ciento menos de su valor actual. Algo similar estiman para el Escalante, para el que se prevé que los precios rondarán en torno a los 54,90 dólares el barril.