El gobierno de México anunció que inyectará 5.538 millones de dólares adicionales a la compañía estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), con el fin de aligerar una pesada carga financiera y fortalecer su capacidad de inversión.
"Hemos tomado la decisión de apoyar a Pemex con todo", dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en conferencia de prensa.
El apoyo financiero a la compañía afectada por complicaciones financieras estará compuesto por una capitalización del gobierno federal de 25.000 millones de pesos mexicanos, otros 35.000 millones de pesos provenientes de un apoyo que el gobierno le ofreció por mejorar sus pasivos laborales y 15.000 millones generados por incentivos tributarios.
Adicionalmente, se contempla completar la suma total con la recuperación de 32.000 millones de pesos derivados del combate al robo de combustible, tras la estrategia emprendida por el gobierno a finales del año pasado para combatir este creciente delito, cuyas pérdidas anuales se estiman en unos 3.000 millones de dólares.
"En resumen este conjunto de apoyos y medidas que van a incrementar los beneficios de la empresa nos da un ingreso adicional de 107.000 millones de pesos", dijo Alberto Velázquez, director de finanzas de la compañía estatal.
"Esto es muy importante porque eso va a permitir fortalecer la política de inversión de la empresa", agregó.
Pemex, cuya deuda supera los 100.000 millones de dólares, ha sido golpeada recientemente por la degradación de su calificación crediticia por parte de la agencia Fitch, lo que ha generado incertidumbre entre inversionistas por su eventual impacto en las finanzas de México.
En su decisión de degradar la calificación crediticia, Fitch argumentó que Pemex sufre una persistente caída de sus ingresos, que en gran proporción son utilizados para financiar al gobierno mexicano, además de registrar insuficientes niveles de inversión.
La calificadora advirtió también que Pemex requiere entre 9.000 y 14.000 millones de dólares de inversión adicional anual para reponer sus reservas de hidrocarburos y detener un prolongado declive de su producción de petróleo, que cayó de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a 1,8 millones de barriles diarios en la actualidad.
El anterior presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, buscó revertir la producción menguante con una reforma en 2013 que abrió el sector energético local a la inversión privada tras más de 70 años de monopolio estatal, y así promovió la licitación de más de 100 campos petroleros.
Pero el actual gobierno del izquierdista López Obrador, que asumió en diciembre pasado, rechaza esa reforma a la que considera "una farsa" y se propone reactivar a la compañía.