El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que el proceso de licitación internacional para la construcción de una refinería fue declarada desierta por lo que la estatal Pemex y la secretaría de Energía se harán cargo del proyecto.
El concurso estuvo limitado a cuatro participantes: los consorcios Bechtel-Techint (Estados Unidos, Italia-Argentina) y WorleyParsons-Jacobs (Australia-Estados Unidos), así como las empresas Technip (Francia) y KBR (Estados Unidos), pero ninguno cumplió con los requisitos de tiempo y costos, dijo el dirigente izquierdista.
"Estaban pidiendo mucho, se pasaron de los 8.000 millones de dólares y en el tiempo de construcción, y nosotros no vamos a hacer ninguna obra que no podamos terminar" durante el actual gobierno, que concluye en 2024, aseguró López Obrador en conferencia de prensa.
El gobierno mexicano impuso a los competidores un plazo máximo de tres años para el arranque de operaciones de la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco (sur), con la que busca importar menos gasolina, lineamientos que se mantendrán para Pemex.
"El objetivo principal es alcanzar la autosuficiencia y soberanía energética de hidrocarburos en el país", expuso López Obrador.
Pemex no construye una refinería desde hace 40 años, pero para el mandatario eso no representa ningún problema. La obra contará con el soporte de diversas universidades, institutos y grupos colegiados, dijo.
Recurrir al "plan B" que tenía el gobierno para la planta "es una buena noticia, la construcción inicia el 2 de junio, se van a crear 100.000 empleos y va a estar terminada para mayo del 2022", insistió López Obrador.
El gobierno estima que la instalación tendrá la capacidad de procesar 340.000 barriles de crudo al día.
Pemex cuenta actualmente con seis refinerías que procesan 1,6 millones de barriles diarios. Pero operan apenas al 30 por ciento de su capacidad por falta de inversión, lo que obliga a la empresa estatal a importar cerca del 70 por ciento de la gasolina que consume el país.