La estatal mexicana Pemex tuvo una pérdida de unos 2.767 millones de dólares en el segundo trimestre del año ante menores precios del petróleo y una menor producción de crudo.
La cifra se compara con una pérdida de 8.558 millones de dólares en el segundo trimestre de 2018, según el reporte trimestral difundido por la compañía.
Pemex agregó que sus ventas en el periodo bajaron 14 por ciento para sumar unos 19.755 millones de dólares.
La petrolera indicó que la caída en las ventas obedece a un descenso en el precio de la mezcla mexicana de exportación, los precios de referencia de las gasolinas y el diésel y menores volúmenes.
La compañía dijo también que su producción de hidrocarburos en el periodo alcanzó 1,6 millones de barriles por día, el mismo nivel que en el primer trimestre del año.
La compañía está en la mira de calificadoras crediticias pues carga una pesada deuda de 104.400 millones de dólares. En enero, Fitch rebajó dos peldaños su calificación mientras que S&P degradó a negativa su perspectiva.
El gobierno anterior, de Enrique Peña Nieto (2012-2018), buscó revertir este declive con una reforma en 2013 que abrió el sector energético local a la inversión privada, tras más de 70 años de monopolio estatal, y promoviendo la licitación de más de 100 campos petroleros.
Pero el gobierno de López Obrador, que asumió en diciembre, considera la reforma "una farsa" y se ha propuesto rescatar a la compañía.
A mediados de julio, el gobierno dijo que impulsará a la petrolera con una reducción de su carga fiscal y la inyección de capital, como parte de un plan de negocios que ha estado bajo el ojo de los mercados.
La estrategia "consiste en seguir apoyando a Pemex en los primeros tres años de gobierno con presupuesto y reducción de impuestos para que tenga recursos para invertir", dijo en ese momento López Obrador.
El mandatario confía que en los últimos tres años de su presidencia, que concluye en 2024, Petróleos Mexicanos genere excedentes para "contribuir al desarrollo de México".