La petrolera española Repsol informó que ha registrado pérdidas en el segundo trimestre, tras realizar una provisión de 1.300 millones de euros (1.500 millones de dólares) ante las expectativas de reducción de los precios del petróleo y el gas en los próximos 30 años.
Repsol se suma así a sus competidoras, entre ellas BP y Shell, en el ajuste del valor de sus activos y reservas debido a la crisis de COVID-19 —que ha reducido la demanda de combustible y por ello ha hecho caer los precios del crudo—. Al igual que otras empresas en el sector, Repsol también ha reorientado su estrategia hacia el crecimiento en fuentes de energía bajas en emisiones de carbono.
La pérdida neta ajustada del segundo trimestre fue de 258 millones de euros (298,9 millones de dólares), menos profunda que la previsión de 279 millones de euros estimada de media por un grupo de analistas encuestados por la compañía.
Dicha cifra, que contrasta con los 497 millones de beneficio del segundo trimestre de 2019, es el resultado en términos ajustados para una mejor comparativa de la evolución del negocio. Sin dicho ajuste, el resultado neto reflejaría una pérdida de 1.997 millones de euros.
La empresa atribuye este resultado “principalmente a las provisiones por deterioro registradas en exploración y producción y el impacto del efecto patrimonial”.
Repsol prevé que el precio del barril de crudo Brent se sitúe de media en 59,6 dólares entre 2020 y 2050. Anteriormente había previsto que alcanzara los 87 dólares por barril en 2035, una previsión superior a la de la mayoría de sus competidores.
También revisó a la baja su perspectiva de precios del gas Henry Hub, calculando un promedio de 3,3 dólares por MBtu (millón de unidades térmicas británicas) en los próximos 30 años, desde una estimación previa que de 5 dólares/MBTU para 2035.
El crudo de Brent rebotó entre abril y junio tras tocar fondo durante los confinamientos generalizados del primer trimestre, pero aún así cerró a un nivel un 38 por ciento inferior al del mismo punto del año pasado.
Los mercados se están reequilibrando lentamente y los precios parecen que rondarán los 40 dólares por barril en los próximos meses, dijo la Agencia Internacional de la Energía la semana pasada.
En el conjunto del primer semestre el resultado neto ajustado de Repsol fue positivo, en 189 millones, frente a los 1.115 millones del mismo periodo de 2019, en un contexto de desplome de los precios del crudo y la caída de la demanda de combustible por las restricciones de movimiento para contener el coronavirus.
El resultado neto acumulado a junio sin ajustes fue de una pérdida de 2.484 millones de euros.
La compañía dijo en mayo que resultaba difícil predecir en qué medida y durante cuánto tiempo la pandemia afectaría al negocio.