Royal Dutch Shell intentó calmar los temores de los inversores sobre su planeada compra de BG Group por 70.000 millones de dólares, anunciando planes de más beneficios y recortes de costos que tienen como fin hacer que el acuerdo resulte efectivo con precios del petróleo cerca de 65 dólares por barril.
El grupo anglo holandés, que espera completar el acuerdo a principios del próximo año, dijo que espera que las sinergias aumenten en un rango de 1.000 millones a 3.500 millones de dólares tras la fusión que convertirá a Shell en el mayor productor de gas natural licuado (GNL) y petróleo mar adentro en Brasil.
Shell, que la semana pasada reportó una enorme pérdida en el tercer trimestre debido a amortizaciones por 8.000 millones de dólares en Alaska y Canadá, dijo que reduciría sus costos en 11.000 millones de dólares en el 2015 mientras enfrenta un prolongado periodo de bajos precios del crudo, que actualmente operan por debajo de 50 dólares por barril.
"Shell se está convirtiendo en una compañía más enfocada en sus fortalezas esenciales, una empresa que es más resistente y competitiva en todos los puntos del ciclo de precios del crudo y que tiene una línea de desarrollo de proyectos más predecibles. Creceremos para simplificarnos", dijo el presidente ejecutivo Ben van Beurden en un comunicado antes de un evento en Londres.
Los inversores temen que los beneficios del acuerdo estén en riesgo ya que la recuperación en los precios del petróleo tomaría más tiempo de lo previsto en abril, cuando fue anunciada la fusión con BG.
En ese entonces, Shell indicó que esperaba que los precios del crudo se recuperaran a 90 dólares por barril al 2020.
Las acciones de BG operan actualmente con un descuento de más de 10 por ciento respecto a la valoración del acuerdo en efectivo y acciones, lo que refleja la preocupación de los inversores sobre su viabilidad y obstáculos regulatorios.
Shell está a la espera de la aprobación de reguladores australianos y chinos antes de que el acuerdo sea presentado a los accionistas. La transacción ya fue aprobada por Brasil y Estados Unidos.