El gigante petrolero anglo-holandés Royal Dutch Shell prometió que alcanzará la neutralidad en carbono en 2050, igualando así el compromiso asumido por su rival BP.
"Las expectativas de la sociedad han cambiado rápidamente en el debate sobre el cambio climático. Shell necesita ahora ir más lejos en sus propias ambiciones, por lo cual esperamos alcanzar la neutralidad de emisiones en el mercado energético en 2050 o antes. La sociedad y nuestros consumidores no esperan menos", dijo el director ejecutivo de la firma, Ben van Beurden, en un comunicado.
El responsable insiste en que Shell debe pensar a largo plazo pese al "desafío inmediato" que supone la pandemia del nuevo coronavirus, que hundió los precios del petróleo, pesará en las cuentas del grupo petrolero y le obligará a reducir el monto de sus inversiones.
Shell no dio detalles sobre la estrategia que le permitirá alcanzar la neutralidad en carbono, que afectará a todas sus actividades, entre ellas la producción de petróleo y gas.
El grupo se da además de plazo hasta 2050 para reducir en un 65 por ciento la intensidad carbono (la cantidad de gas con efecto invernadero por cada unidad de energía producida) de los productos vendidos a sus clientes. Hasta el momento el objetivo del grupo era de reducirla en un 50 por ciento.
Recientemente, Shell ya había anunciado que invertiría en el periodo 2021-2025 entre 2.000 a 3.000 millones de dólares al año, es decir, un 10 por ciento de sus inversiones, en energía limpia o con escaso impacto en la producción de carbono.
El grupo indicó que quiere concentrarse en los mecanismos que le permitan capturar el dióxido de carbono emitido. Pero advierte de que no podrá dejar de producir energías fósiles porque "la empresa las necesita".
En febrero, el gigante británico de los hidrocarburos BP, rival de Shell, prometió que alcanzará la neutralidad de carbono en 2050, aunque se mantuvo muy impreciso sobre cómo pretende lograrlo.
Los grupos petroleros, una de las industrias más contaminantes del planeta, se enfrentan a una presión cada vez mayor por parte de la opinión pública y los movimientos ecologistas para que se impliquen en la lucha contra el cambio climático.