La petrolera Royal Dutch Shell superó el último escollo regulatorio para adquirir a BG Group al recibir la autorización de China, lo que deja el acuerdo en camino a ser concretado para inicios del 2016 después de una votación de los accionistas.
La fusión transformará a Shell en la mayor comercializadora mundial de gas natural licuado (GNL) y en un importante productor de crudo mar adentro con operaciones centradas en las reservas subsal de Brasil, rivalizando con la posición de Exxon Mobil como la principal petrolera global.
La operación, valorizada en cerca de 70.000 millones de dólares cuando fue anunciada y que está considerada como la mayor adquisición en el sector en una década, ya había recibido aprobaciones vinculantes e incondicionales de Australia, Brasil y la Unión Europea.
El mes pasado, fuentes dijeron a Reuters que el Ministerio de Comercio de China había presionado a Shell para que mejorara los contratos de suministro de largo plazo de GNL con el mayor consumidor mundial de energía.
Desde su anuncio el 8 de abril, cuando el precio del petróleo se ubicaba en 55 dólares por barril, Shell ha tenido que batallar contra el declive del mercado y las preocupaciones de los inversores respecto a un periodo extendido de bajos precios de la energía.
Ahora que las aprobaciones regulatorias están listas, Shell y BG centrarán su atención en los accionistas y dentro de unas semanas publicarán reportes con información sobre el acuerdo y los cambios en la estructura accionaria. Las empresas también deben anunciar las fechas para reuniones generales en las que la fusión será sometida a votaciones.
"Ahora buscaremos la autorización de ambos grupos de accionistas, a fin de avanzar hacia completar el acuerdo para inicios del 2016", dijo el presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, de acuerdo a un comunicado emitido por la petrolera anglo-holandesa.