En diciembre de 2014, la compañía petrolera Shell anunció una inversión de u$s250 millones para la exploración de dos áreas de 325km cuadrados en la formación de Vaca Muerta.
Según el presidente de la filial local, Juan José Aranguren, "la idea es continuar con la tarea exploratoria para poder definir dentro de tres años un plan de desarrollo para la explotación masiva, si es que se confirman los datos que estamos obteniendo".
El ejecutivo, uno de los que ha sido crítico con las políticas energéticas del gobierno argentino, ha insistido en la necesidad de mejorar el clima de confianza y fijar la estabilidad de las reglas de juego. Aranguren sostiene que se necesitan "entre u$s25.000 millones y u$s35.000 millones por año para contar con disponibilidad y acceso a los recursos naturales propios".
"Es una cuestión de constancia en las políticas públicas, en políticas energéticas, que sean sostenibles en el tiempo, que haya reglas de juego claras", dijo el ejecutivo de Shell en un encuentro con periodistas.
Argentina padece un déficit energético que exige la importación de petróleo y gas por unos u$s12.000 millones anuales, como consecuencia de la fuerte caída de la producción, resultado de las políticas estatistas que regularon los precios del petróleo muy por debajo de los valores internacionales.