México adjudicó tres contratos de extracción de hidrocarburos en aguas someras de los cinco que puso en licitación, que contienen reservas de crudo ligero e iniciarían producción en tres años.
Los tres contratos agrupan a seis campos en el Golfo de México, que alcanzarían un pico de producción de 90,000 barriles por día entre tres y cuatro años después de iniciada la producción, de acuerdo a cálculos del regulador del sector petrolero, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
La empresa italiana Eni International ganó un contrato para extraer crudo y gas en la mayor de las cinco áreas propuestas, que incluye los campos de Amoca, Miztón y Tecoalli.
Los tres campos tienen en conjunto reservas probadas (1P) de 55.6 millones de barriles de crudo y 32.9 miles de millones de pies cúbicos de gas (mmmpc), de acuerdo con datos del regulador, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Eni se adjudicó el contrato con una propuesta de una participación del 83.75 por ciento en la utilidad para el Estado, muy por encima del 34.8 por ciento que el propio Gobierno había solicitado.
El segundo contrato, para el campo Hokchi, fue adjudicado a un consorcio formado por las firmas argentinas Pan American Energy y E&P Hidrocarburos y Servicios, que presentó una oferta de un 70 por ciento de participación en la utilidad para el Estado frente a un mínimo exigido de 35.9 por ciento.
Hokchi tiene reservas probadas (1P) de 19.5 millones de barriles de crudo y 9.2 miles de millones de pies cúbicos de gas (mmmpc), de acuerdo con la CNH.
La Comisión adjudicó también a la estadounidense Fieldwood Energy, en consorcio con la mexicana Petrobal, el contrato para los campos Ichalkil y Pokoch, con una oferta de 74 por ciento de participación en la utilidad para el Estado frente al 33.7 por ciento que fijó el Gobierno como mínimo aceptable.
Las subastas para los campos Xulum, de crudo pesado, y Misón y Nak, con crudo super ligero, fueron declaradas desiertas.
México espera que estos campos ayuden a combatir la baja en el bombeo de crudo de los últimos años, algo que el país, uno de los mayores productores del mundo, ha tenido problemas para conseguir.
"Sin duda, el objetivo es frenar la actual declinación de la producción y por lo menos llevarla nuevamente a 2.5 millones de barriles día", dijo la subsecretaria de Hidrocarburos, Lourdes Melgar, en rueda de prensa tras la adjudicación de los contratos.
México produce actualmente un promedio de 2.3 millones de barriles de crudo diarios e importa alrededor de una tercera parte de su consumo de gas natural.
El descenso en la producción de petróleo y el desplome de los precios han golpeado las finanzas públicas.
La subasta de contratos es parte de la llamada Ronda Uno de licitaciones, resultado de una ambiciosa reforma energética puesta en marcha el año pasado con la que el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se propone atraer millonarias inversiones en el sector.
La primera subasta de contratos de la Ronda Uno, en julio, estuvo muy por debajo de las expectativas, pero los resultados de la segunda etapa dieron nuevos ánimos al Gobierno y alentaron una apreciación del peso.
El contrato de Eni pagará al Estado una utilidad total del 90 por ciento tomando en cuenta la suma impuestos, regalías y utilidad; mientras que el que quedó en manos de las firmas argentinas pagará un total de 82 por ciento y el de Fieldwood Energy y Petrobal aportará al país un 84 por ciento de sus ganancias, dijo el subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher.