El flamante presidente de Estados Unidos Donald Trump actuó con rapidez para impulsar los controvertidos oleoductos Keystone XL y Dakota Access, al firmar acciones ejecutivas con el fin de reorganizar radicalmente las políticas de energía de Estados Unidos y propinarle un duro golpe al legado de Barack Obama en el combate al cambio climático.
Obama había detenido personalmente el proyecto Keystone XL, con el que se iba a transportar petróleo desde Canadá a Estados Unidos. Por otro lado, amplias manifestaciones de opositores han obligado a detener los trabajos en el oleoducto Dakota.
Trump invitó a la constructora del Keystone, TransCanada, a que vuelva a presentar su solicitud ante el Departamento de Estado con el fin de que obtenga un permiso presidencial para construir y operar el oleoducto. La empresa dijo que así lo hará.
Obama suspendió el oleoducto propuesto a fines de 2015, al declarar que éste socavaría los esfuerzos estadounidenses por asegurar un acuerdo global de combate al cambio climático, una pieza central de su agenda ambiental.
Por otro lado, Trump también ordenó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército revisar rápidamente y aprobar la construcción y las solicitudes de facilidades para el oleoducto Dakota Access, un proyecto que ha enfrentado amplias manifestaciones de oposición por parte de indígenas estadounidenses y sus partidarios.
"De ahora en adelante vamos a empezar a construir oleoductos en Estados Unidos", declaró Trump en la Oficina Oval, donde también se comprometió a requerir que la tubería del Keystone sea de manufactura estadounidense.
Cuatro días después de asumir, Trump efectuó estas acciones tras su decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica como parte de su estrategia por dar marcha atrás en las políticas de Obama, lo cual le ha atraído felicitaciones de los republicanos en el Congreso. Los demócratas en los estados que producen energía también elogiaron las acciones de Trump sobre los oleoductos como medidas largamente esperadas con el fin de incrementar el empleo y hacer avanzar al país rumbo a la independencia energética.
Pero grupos ambientalistas y tribus indígenas estadounidenses que llevan años combatiendo ambos proyectos se comprometieron a desafiar al mandatario.
"El presidente Trump vivirá para lamentar las acciones que tomó el día de hoy", dijo Michael Brune, director ejecutivo del grupo ambientalista Sierra Club. "Involuntariamente está empezando a construir un muro... un muro de resistencia. Esta lucha está lejos de haber concluido".
El oleoducto Keystone KL, de 1.897 kilómetros de longitud, iría desde Canadá hasta Nebraska, donde se uniría a otros oleoductos ya existentes que van hasta las refinerías que están a lo largo de la costa del Golfo de México.
Mientras que el Dakota Access, de 1.931 kilómetros de longitud, trasladaría petróleo de North Dakota a través de South Dakota y Iowa hasta un oleoducto que ya existe en Illinois. La ruta propuesta evita pasar por la reservación de la tribu Sioux Standing Rock y cruza bajo el lago Oahe, una presa del río Missouri en North Dakota que sirve como la fuente de agua potable de los indígenas.