Noruega está planeando una gran expansión de la exploración petrolera en el Ártico, a pesar de los compromisos para hacer frente al calentamiento global y la oposición de los grupos ecologistas.
La ministra de Petróleo y Energía, Tina Bru, dijo que la expansión es necesaria para proteger el empleo y generar riqueza.
El Gobierno subastará hasta 136 nuevos bloques de exploración petrolera en una importante ronda de licencias, 125 de ellos en el mar de Barents, un rincón relativamente virgen del planeta en el océano Ártico.
“Necesitamos nuevos descubrimientos para mantener el empleo y la creación de valor”, dijo Bru en un comunicado.
Noruega es el mayor productor de petróleo de Europa occidental y tiene el mayor fondo soberano mundo, que tiene un valor superior al billón de dólares gracias a la riqueza petrolera del país.
Ha firmado el acuerdo de París para hacer frente al calentamiento global y, aunque no es miembro de la Unión Europea, se ha comprometido a reducir las emisiones de dióxido de carbono en consonancia con el bloque. Sin embargo, esto no cubre las emisiones producidas por los combustibles fósiles extraídos de su territorio y posteriormente utilizados por otros.
La ronda de concesión de licencias, la vigesimoquinta de Noruega, se había retrasado por un largo debate sobre hasta dónde se debería permitir perforar a la industria petrolera, que culminó en un compromiso que dejó un margen significativo para más licencias en el Ártico.
La nueva ronda podría abrir ocho regiones del mar de Barents que no han estado disponibles para la exploración, cada una con un rango de bloques, y una región del mar de Noruega.
A diferencia de las concesiones anuales en zonas maduras, que otorgan permisos adyacentes a los yacimientos ya existentes, las denominadas rondas de concesión de licencias numeradas son menos frecuentes y están diseñadas para abrir las zonas fronterizas a la exploración.
“Estas son las áreas con mayor probabilidad de hacer grandes descubrimientos nuevos”, dijo el Ministerio de Energía.
Sin embargo, las empresas petroleras, que deben comprometerse a un cierto nivel de perforación, tienden a elegir menos bloques que la superficie total puesta a disposición por el Gobierno.
Se celebrará una vista sobre el alcance de la ronda hasta el 26 de agosto, después de la cual se podría reducir el número de permisos, a lo que seguirían las adjudicaciones en la segunda mitad de 2021.