Los productores de petróleo y gas Santos y Repsol están estudiando la venta de una participación minoritaria en los yacimientos petrolíferos de Alaska que poseen y explotan conjuntamente, en una operación que podría ascender a unos 1.000 millones de dólares, según personas familiarizadas con el asunto.
Los yacimientos incluyen el proyecto Pikka, una de las mayores perspectivas petrolíferas de Alaska, valorado en unos 4.500 millones de dólares por la consultora Rystad Energy.
Las empresas están trabajando con un banco de inversión para vender conjuntamente participaciones minoritarias en Pikka, junto con participaciones parciales en los yacimientos de Horseshoe y Quokka, situados en la región de North Slope en Alaska, dijeron las fuentes, que solicitaron el anonimato porque las conversaciones son confidenciales.
Repsol y Santos declinaron hacer comentarios.
Las participaciones son las denominadas posiciones no operativas, lo que significa que el propietario obtiene una parte de los ingresos de la venta de hidrocarburos sin necesidad de realizar perforaciones ni participar en las operaciones. Se les exige que contribuyan a su parte de los costes.
El interés de los posibles compradores se verá probablemente afectado por factores como los riesgos legales y medioambientales, señalaron las fuentes, que advirtieron de que el acuerdo no está garantizado.
Hay acciones legales pendientes relacionadas con el acceso a las carreteras en un yacimiento petrolífero vecino de Pikka que es propiedad de una unidad de ConocoPhillips, el mayor operador del North Slope.
Los proyectos en North Slope también se han enfrentado a una fuerte oposición de pueblos indígenas locales y grupos conservacionistas, que intentaron bloquear sin éxito el proyecto Willow de Conoco.