En una región al oeste de Texas, la compañía exploradora Encana ofreció u$s1.700 millones por un área de explotación de shale oil. La oferta valoriza el acre (0,4 hectárea) en unos u$s50.000. Un día más tarde, la japonesa Sumitomo realizó una valuación del área de su propiedad y le asignó un baja de u$s1.550 millones respecto del precio que había pagado al adquirirla.
La valuación de las áreas está expuesta a una alta volatilidad a pesar de que la actividad es considerada predecible, según compañías de shale; sin embargo, el principal riesgo está en los costos de prospección que pueden variar significativamente. El riesgo adicional es el precio del barril, que si mantiene esta tendencia a la baja podría tener un importante impacto en la rentabilidad de las empresas exploradoras.
El área que Sumitomo vendió en la parte norte de su área, se pagó a unos u$s1.000 el acre. Koichi Takahata, ejecutivo de la empresa, explicó que la decisión de vender se tomó para fortalecer las inversiones en su área sur; aún así, la compañía japonesa analizará las causas de las pérdidas provocadas por el menor valor de venta de las tierras.
La empresa Encana, con sede en Calgary, adquirió Athlon Energy, una compañía perforadora con sede en Fort Worth, Texas, por la que pagó u$s58,50 por acción. Athlon tiene alrededor de 57.000 hectáreas en la zona oriental de la cuenca, un yacimiento subterráneo de petróleo de 194.000 kilómetros cuadrados que llega hasta Nuevo México.
La adquisición de Encana impone la necesidad de que los precios de crudo no caigan por debajo de u$s69, porque eso provocaría problemas en la compañía, según estimaciones de Gobal Hunter Securities.