La petrolera estatal brasileña Petrobras anunció que ha decidido detener algunas ventas de activos clave tras concluir una amplia revisión de los procesos de desinversión que se pusieron en marcha durante la anterior administración del país.
El gigante petrolero dijo en una presentación de valores que ya no venderá los clusters Urucu y Bahía-Terra, así como el yacimiento de Manati y Petrobras Operaciones, su filial en Argentina.
Los procesos de desinversión habían sido abiertos por la anterior gestión de Petrobras bajo el mandato del expresidente Jair Bolsonaro, ya que la compañía buscaba vender activos no esenciales para centrarse en la exploración de petróleo en aguas profundas y reducir su deuda.
Pero después de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el cargo en enero, algunos de esos procesos se detuvieron y se espera que sean cancelados -incluyendo el de Bahía-Terra, que la compañía ya había dicho que no seguiría adelante.
Para justificar la decisión de suspender las ventas, Petrobras afirmó que su nueva política para el segmento de exploración y producción de petróleo se basa en "maximizar el valor de la cartera centrándose en activos rentables".
La política también incluye "la reposición de reservas de petróleo y gas (incluyendo la exploración de nuevas fronteras), el aumento de la oferta de gas natural y la promoción de la descarbonización de las operaciones", añadió la empresa.
La estatal informó que seguirá adelante con la venta de sus centrales termoeléctricas Brasympe/Termocabo, Suape II y Araucaria. Posee cerca del 20% de cada uno de esos activos.