El sector petrolero está a la espera de nuevas medidas de incentivo para la producción de gas y crudo en Argentina, que sufre de un fuerte déficit energético y recurre cada vez más a las importaciones para abastecerse.
El país importará este año un récord de 90 cargamentos de Gas Natural Licuado (GNL), además de recibir gas natural de Bolivia y de Chile, para asegurar el abastecimiento. A pesar de esto, en mayo tuvo que recortar el suministro a industrias por un invierno más frío que en anteriores años.
Argentina renovó hace un mes un plan de incentivo a nuevos proyectos de gas natural, que se ven beneficiados con un precio estímulo de 7,5 dólares por millón de BTU, que estará vigente hasta el 31 de diciembre del 2018.
Actualmente paga en promedio 5,2 dólares por millón de BTU por el gas natural licuado que importa.
Pero otro programa que comenzó en el 2013 para estimular la producción incremental en pozos existentes, conocido como Plan Gas, concluirá en octubre próximo y, como aún no fue renovado, disparó incertidumbre entre empresas inversoras.
"Muchos están reclamando una definición del mercado del gas natural a futuro para decidirse a invertir. No estoy seguro de qué va a pasar con el mercado del gas en Argentina, y no está escrito qué va a pasar (...) ", aseguró una fuente del sector a la agencia Reuters.
"Es necesario que el Gobierno ponga un cierto valor para los próximos años así uno tiene un horizonte o, si no, que el Gobierno se comprometa de alguna manera por ley a no intervenir en los mercados, a permitir la libre disponibilidad del gas", agregó.
La caída en la producción de petróleo y gas convencionales y la creciente dependencia del país de las importaciones de energía implican que el desarrollo de la formación neuquina Vaca Muerta sea una prioridad estratégica para Argentina.
Antes de la implementación del Plan Gas, a principios del 2013, el Gobierno pagaba un promedio de 2,3 dólares por millón de BTU, un precio que se ubicaba muy por debajo de los precios internacionales y que desincentivó su producción.
Si bien el plan renovado por el Gobierno hace un mes es una buena señal, "no es lo que estamos esperando", dijo una fuente de otra empresa del sector.
A principios de este año, el Gobierno comunicó a empresas energéticas que saldaría deudas por el subsidio a la producción por casi 2.000 millones de dólares con bonos soberanos.
"Hay mucha deuda de (el plan de) los 7,5 dólares (por millón de BTU) que prometieron que iban a pagar con bonos; todavía eso no se termina de materializar. Lo que queremos primero es que paguen lo que deben", dijo la fuente.
Respecto del Plan Gas, afirmó que "todo el mundo está esperando a ver qué va a ocurrir".
Según Juan Manuel Vázquez, analista de la consultora Puente, el interés inversor hoy está puesto sobre el gas no convencional, tanto en shale como en tight gas, por el esquema de incentivos impulsado por el Gobierno, pero el pago con bonos no es una buena señal para el mercado.
"Las compañías que han venido invirtiendo de repente se encuentran con que esa plata que deberían haber cobrado en efectivo se la dan en un bono que encima tiene ciertas restricciones de venta. Eso son las cosas que generan un poco de incertidumbre", dijo.