El nuevo gobierno de Groenlandia anunció la prohibición de la prospección petrolífera en el vasto territorio ártico, tras haber decidido ya bloquear la explotación de uranio.
El ejecutivo local del territorio autónomo danés "decidió suspender la actual estrategia petrolera y poner fin a la futura exploración de petróleo en Groenlandia", indicó en un comunicado.
"Es un paso lógico, porque el gobierno toma en serio la crisis climática. La decisión va también en el interés de nuestra naturaleza, de nuestra pesca y para concentrar nuestra economía en los potenciales reales", afirmó la ministra de Materias Primas, Naaja Nathanielsen.
Después de una campaña centrada en un controvertido proyecto de minería de uranio y tierras raras en el sur de Groenlandia, un partido de izquierda ecologista ganó las elecciones locales a principios de abril, culminando con la llegada al poder del primer ministro Mute Egede.
Si bien grandes proyectos petrolíferos están en funcionamiento o en desarrollo en otras partes del Ártico, llevados a cabo por Rusia, Alaska o Noruega, la exploración petrolífera en Groenlandia ya estaba paralizada en los últimos años, lo que hace la decisión ampliamente simbólica.
La principal campaña de exploración offshore llevada a cabo por la compañía escocesa Cairn Energy en 2010-2011 no había dado lugar a ningún descubrimiento y las dos estrategias petroleras presentadas por los gobiernos anteriores desde 2014 habían "fracasado" a la hora de atraer empresas, destacó el gobierno.
Según Naalakkersuisut, el gobierno local, "un nuevo análisis económico de la rentabilidad de la exploración petrolífera (en Groenlandia) muestra claramente que la rentabilidad es baja, con rendimientos en realidad dos veces inferiores a lo que esperan las compañías petroleras".
"Esto confirma al gobierno en el hecho de que se tomó la decisión correcta", subraya la ministra.
De conformidad con su promesa electoral, el gobierno está celebrando consultas para aprobar un proyecto de ley que prohíba la prospección y explotación de uranio en Groenlandia.
Si bien puede contar con un sólido sector pesquero, el territorio ártico sigue dependiendo en gran medida de las subvenciones danesas para completar su presupuesto.
Nuevos recursos procedentes de materias primas facilitarían la independencia de la inmensa isla ártica, poblada sólo por 56.000 habitantes para más de 2 millones de km2.
El nuevo gobierno no ha cerrado la puerta a otros proyectos mineros.