El número de países que se han comprometido a alcanzar el cero neto ha crecido, pero incluso si sus compromisos se cumplen en su totalidad, seguirá habiendo 22.000 millones de toneladas de dióxido de carbono en todo el mundo en 2050, lo que llevaría a un aumento de la temperatura de alrededor de 2,1C para 2100, según un reciente informe de la IEA recogido por la agencia Reuters.
El informe establece más de 400 hitos para lograr el ‘cero neto’, entre los que se incluyen la no inversión en nuevos proyectos de suministro de combustibles fósiles a partir de ahora y la no toma de decisiones finales de inversión en nuevas plantas de carbón que no cuenten con tecnología de captura de carbono.
“El camino hacia el cero neto es estrecho, pero aún es alcanzable. Si queremos alcanzar el cero neto en 2050 no necesitamos más inversiones en nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón”, apunta a Reuters Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA.
Para lograr el cero neto, en 2035 tampoco debería permitirse la venta de turismos con motor de combustión y el sector eléctrico mundial debería alcanzar el cero neto de emisiones en 2040, según la IEA.
Será necesario un despliegue masivo de energías renovables. Casi el 90 por ciento de la generación de electricidad debería proceder de las energías renovables para 2050 y la mayor parte del resto de la energía nuclear.
La energía solar fotovoltaica deberá alcanzar los 630 gigavatios (GW) anuales en 2030 y la eólica deberá aumentar hasta los 390 GW. En conjunto, esta cifra cuadruplica el récord anual establecido el año pasado de nuevas incorporaciones de capacidad.
Según el informe, también habrá que introducir en el mercado nuevas tecnologías que aún no están a escala comercial, como la captura y el almacenamiento de carbono (CAC) y el hidrógeno verde.
Según un análisis conjunto de la IEA y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la inversión anual en energía deberá ascender a 5 billones de dólares al año de aquí a 2030 para alcanzar el nivel cero, frente a los 2 billones actuales, lo que supondría un aumento de 0,4 puntos porcentuales al año en el crecimiento del PIB mundial.
El informe pretende servir de guía para la próxima ronda de conversaciones mundiales sobre el clima que se celebrará en noviembre en Escocia.