Fatih Birol, jefe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), enfrentó una presión renovada por parte de inversores y científicos preocupados por el cambio climático para que revise las influyentes proyecciones de la organización sobre la demanda de combustibles fósiles.
Fondos de pensiones, aseguradoras y grandes compañías fueron algunos de los 65 signatarios de una carta conjunta a Birol a la que tuvo acceso la agencia Reuters y que le insta a hacer más para apoyar la implementación del Acuerdo de París de 2015 para evitar un calentamiento global catastrófico.
"El año 2020 marca un punto de inflexión para el mundo: el año en que o lidiamos con los desafíos y oportunidades que tenemos ante nosotros o continuamos retrasando y obstruyendo la transformación baja en carbono", indicó la misiva.
El texto es la primera respuesta coordinada de inversores, científicos y activistas que busca presionar a Birol para que "repiense" la perspectiva anual de la organización con sede en París desde que se lanzó la última edición el 13 de noviembre.
El documento, que tiene cientos de páginas y es denominado Panorama Energético Mundial, ayuda a perfilar las expectativas en los mercados financieros sobre la rapidez con que el mundo podría hacer la transición desde un sistema energético dominado por combustibles fósiles a fuentes de energía más limpias.
Desde principios de año, varias redes de inversores institucionales, propietarios de activos, científicos y grupos de defensa climática han estado instando a Birol a cambiar la forma en que se elabora y presenta el informe.
Estos críticos argumentan que un enfoque revisado podría ayudar a desbloquear de forma más rápida la inversión para energías renovables e identificar mejor los posibles riesgos para el valor de las compañías de petróleo, gas y carbón planteadas por la perspectiva de una acción rápida para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La IEA realizó varios cambios en la última edición de las perspectivas, incluida la presentación de lo que los funcionarios describen como un escenario más "estricto" que muestra cómo el mundo podría alcanzar plenamente los objetivos del acuerdo de París que en la edición anterior.
De todas maneras, los firmantes dijeron que quieren que la IEA elabore lo que considerarían como un escenario "totalmente transparente" que muestre cómo podría cumplir el mundo los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París.