Tras quedar atrás las críticas infundadas de los ambientalistas acerca de la supuesta contaminación del agua generada por la perforación y fracturación para la obtención del shale gas, los opositores del fracking encontraron en la arena utilizada para este proceso un nuevo objeto de críticas.
Para la extracción del gas y crudo de esquisto se requieren cientos de toneladas de arena sílica. Por este motivo es que compañías petroleras como EOG Resources han comprado y construido minas de arena; e YPF decidió comenzar su propia producción en Argentina.
La industria ahora debe enfrentarse a una nueva ola de críticas por el polvo generado por la arena sílica y los gases de diesel emitidos por las minas de arena. Según explica Forbes, existe la preocupación de que el polvo inhalado cause silicosis.
Sin embargo, las petroleras niegan que el polvo de la arena sílica sea un problema real. EOG Resources informó que está monitoreando sus minas y que los resultados de estos estudios indican que el polvo no supera los estándares estatales.
Debido al debate generado en torno a esta problemática, se impuso un año de moratoria en Trempealeau County, en Winsconsin, con el fin de estudiar el impacto de estas emisiones en la salud.
En Estados Unidos, los estados de Winsconsin y Minnesota poseen este tipo de arena especial para las formaciones de esquisto en abundancia. La US Geological Survey indicó que la extracción de arena se incrementó un 60 por ciento en los últimos dos años, a casi 50 millones de toneladas anuales.