Desde gigantes como Shell y Total a firmas más modestas, las refinerías en Europa están reduciendo el uso de petróleo de Rusia para optar por el de Arabia Saudita, en momentos en que los mayores exportadores del mundo se enfrentan por mejorar su participación en el viejo continente.
En los últimos años, Rusia ha incursionado con fuerza en los mercados asiáticos donde el líder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Arabia Saudita, era el proveedor indiscutido. Pero ahora Riad ha contraatacado con una agresiva estrategia de precios más bajos en Europa.
Esto seguramente complicará el diálogo entre Moscú y los países miembros de la OPEP para abordar la sobreoferta global de crudo, un escenario en el que un recorte conjunto de la producción parece difícil de alcanzar.
En la última década, Rusia ha dirigido hasta un tercio de sus exportaciones de crudo a Asia tras construir gigantescos oleoductos en China y su costa del Pacífico.
Seth Kleinman, de Citigroup, dijo que la competencia se ha vuelto tan intensa en Asia en los últimos meses que Arabia Saudita tuvo que reducir la oferta en la región ante el creciente suministro de rivales como Rusia, Kuwait y Angola.
Mientras que los bajos precios del crudo impulsaron la demanda en Europa tras años de un desempeño mediocre.
La competencia seguramente se intensificará en los próximos meses ya que Irán, que suministraba entre un 5 y un 10 por ciento del crudo a Europa hasta el 2012, regresaría al mercado con grandes volúmenes cuando las sanciones occidentales contra Teherán se levanten.
"Los sauditas quieren asegurarse una participación en el mercado antes de que Irán vuelva", dijo una fuente de una petrolera.