Arabia Saudita agregaría silenciosamente petróleo extra al mercado durante los próximos meses para compensar una caída en la producción iraní, pero teme tener que limitar el bombeo en el 2019 para equilibrar la oferta y la demanda mundiales a medida que Estados Unidos produce más crudo.
El reino, el principal productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), recibió la semana pasada una nueva presión del presidente estadounidense, Donald Trump, para que enfríe los precios del petróleo antes de una reunión en Argel entre varios ministros y aliados del cártel, incluida Rusia.
Dos fuentes cercanas al cártel petrolero indicaron que Arabia Saudita y otros productores debatieron sobre un posible aumento del bombeo de aproximadamente 500.000 barriles por día entre la OPEP y aliados del grupo.
Pero Riad decidió no presionar para un aumento oficial ahora, ya que se dio cuenta de que no aseguraría el acuerdo de todos los productores presentes en las conversaciones, algunos de los cuales carecen de capacidad de producción adicional y no podrían aumentarla rápidamente.
Esa decisión habría alterado las relaciones entre los productores, y los sauditas desean mantener la unidad entre la llamada alianza OPEP+ en caso de que Riad desee cambiar su rumbo en el futuro y busque su colaboración para un recorte de producción.