Las preguntas sobre del futuro de la industria ante la crisis aún siguen sin responderse. Sin embargo hay una lección que resulta evidente: el petróleo de esquisto ha transformado la dinámica y el panorama de la industria.
El analista del sector energético Grant Rudgley publicó su análisis en el diario Rigzone acerca del “shale boom” y los principales candidatos en la actualidad.
Según Rudgley, el progreso en Europa es “dolorosamente lento” por su geología y problemas políticos, el de Rusia se encuentra paralizado por las sanciones, y “aunque China merece consideración, creemos que Argentina posee mejores perspectivas”.
El autor explica que China ha tenido un importante crecimiento en los últimos años, sin embargo, no cuenta con facilidades que si existen en Argentina, como puede ser el fácil acceso a las tierras y su geología.
Condiciones favorables
La Administración de Información de Energía de Estados Unidos estima que las formaciones en Argentina poseen aproximadamente 27 mil millones de barriles de crudo y 802 TCF de gas (técnicamente recuperable).
Además, la geología ha sido catalogada como excelente, ya que posee el espesor ideal para la producción de hidrocarburos. Esta combinación torna a Argentina como el más prometedor para el shale fuera de Estados Unidos y Canadá.
Otro punto a favor para Argentina que destaca Rudgley es que la provincia de Neuquén - donde se desarrolla Vaca Muerta, la mayor formación de shale en el país - cuenta con la infraestructura necesaria para el desarrollo y transporte de hidrocarburos. Por otro lado, cuenta con abundante agua, elemento fundamental para el fracking.
Estos factores permitirán la eficiencia de la perforación, y coinciden con los estándares de Estados Unidos.
Además, la actividad cuenta con el apoyo del Gobierno argentino, que aprobó la Ley de Hidrocarburos en 2014 que fomenta la inversión, exploración y el desarrollo de la industria.
En el último año la petrolera YPF ha firmado acuerdos con Chevron, Petronas y recientemente Sinopec para la inversión en Vaca Muerta.
El autor destaca que aún hay desafíos a enfrentar, como puede ser la necesidad de importar equipamientos. Sumado a la incertidumbre que presentan las elecciones presidenciales a realizarse en Octubre de este año, pero aún así representan riesgos menores ante las mejoras económicas que podría generar la explotación del shale.