La producción petrolera argentina registró en 2017 uno de los peores desempeños desde 1992, con un bombeo promedio de crudo un 6 por ciento por debajo del obtenido en 2016.
Según indicó Clarín, estos datos preliminares de la producción anual del país podrían haber registrado un desliz mayor, de no ser por el aporte de la formación Vaca Muerta.
Con respecto al último mes de 2017, también hubo una caída en la producción, aunque fue menor al 2 por ciento. Las únicas cuencas que no registraron una contracción fueron la neuquina y la Austral. De hecho, en el primer caso aumentó la producción de líquidos, por una "recuperación basada en mayor producción de shale oil", destacó una consultora.
Por su parte, el Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG) indicó que la producción de convencionales cayó un 7 por ciento en los primeros nueve meses del año pasado, mientras que la de no convencionales aumentó un 33 por ciento (aunque el shale parte de bases de comparación más bajas).
Por otro lado, la consultora especializada indicó a Clarín que la producción de gas también finalizó 2017 con bajas, aunque fue del 0,6 por ciento interanual. La caída podría haber sido mayor, pero los números de diciembre fueron positivos. No obstante, el 2017 fue el año más flojo del gas desde 2013.
Entre enero y septiembre, la producción de gas convencional cayó un 0,6 por ciento, según IAPG. En el mismo período, gas no convencional subió un 26,5 por ciento. Otra vez, los volúmenes sobre los que se parte en convencional ya son importantes, mientras que los de "tight" gas salen de puntos inferiores.