El petróleo transitó la jornada en baja, presionado por inventarios de crudo récord en Estados Unidos, preocupaciones sobre las perspectivas para la demanda y la previsión del banco Goldman Sachs de que los precios se mantendrán bajos y volátiles hasta la segunda mitad del año.
No obstante, las pérdidas se recortaron al conocerse una información que aseguró que algunos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) están buscando un consenso entre el grupo y los principales productores que no integran el cártel para "congelar" el bombeo de petróleo.
Los futuros del petróleo Brent cayó a 30,93 dólares por barril. Mientras que el barril en Estados Unidos finalizó la jornada en 26,99 dólares, cerca del mínimo intradía de 26,19 dólares alcanzado en enero, el menor precio desde el 2003.
Pese al informe de las conversaciones, la competencia entre los miembros de la OPEP por la cuota de mercado parece seguir siendo intensa. Irán ofreció su petróleo a Asia con un descuento frente a su rival en el cártel, Arabia Saudita. También rebajó el precio de su crudo pesado para el Mediterráneo en un intento de atraer más compradores, tras el levantamiento de las sanciones impuestas por Occidente en su contra.
Los inventarios en Cushing, Oklahoma, el punto de entrega de los contratos a futuro en Estados Unidos, alcanzaron un máximo histórico de casi 65 millones de barriles, mostraron datos de la gubernamental Administración de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés).
Goldman Sachs dijo que el superávit de suministros petroleros, junto con la desaceleración económica en China, implica que los precios se mantendrán bajos hasta la segunda mitad del año.
"Esperamos que los precios del crudo sigan fluctuando entre 20 y 40 dólares por barril con una significativa volatilidad y sin una tendencia en los precios hasta mediados del 2016", señaló el banco en una nota a sus clientes.
El crudo ha perdido casi un 75 por ciento de su valor desde mediados del 2014 debido a que la rivalidad entre los productores los ha llevado a bombear cada día de 1 a 2 millones de barriles por encima de la demanda, en momentos en que la economía china crece a su ritmo más lento en una generación.